El lugar del mundo con más belleza por metro cuadrado, la Toscana

Ya sabéis que cuando se viaja a determinados sitios hay que vacunarse contra algunas enfermedades específicas del lugar. Os advertimos de que también hay que hacerlo para el destino que os proponemos hoy, pero no os preocupéis. No tendréis que poneros ninguna inyección. Basta con leer este post.

Y es que este otoño os recomendamos la Toscana, en Italia. Allí también tienen su propia dolencia endémica. Los lugareños están ya inmunizados, pero puede sorprender al viajero. Se trata del síndrome de Stendhal.

Esta dolencia se caracteriza por provocar un elevado ritmo cardíaco, vértigo, confusión y todo tipo de agitaciones cuando una persona se encuentra ante una acumulación de belleza y exuberancia de goce artístico. Pero no os preocupéis: pasa enseguida y se previene leyendo este blog, donde tomaréis conciencia previa de que vais a ir, probablemente, al lugar del mundo con más belleza por metro cuadrado.

El otoño es una época ideal para viajar. Si has sido previsor, has resistido la tentación del verano y has reservado tus vacaciones para el otoño, has acertado. Cada tiempo tiene su encanto, y el encanto del otoño en la Toscana nos gusta especialmente. Buen tiempo, buenos precios y buenas sobremesas que acaban, ya sí, con esa luz declinante de la tarde que no ilumina, sugiere. Por eso os proponemos un periplo por tres de sus ciudades: Florencia, Pisa y Siena.

Florencia es la capital de la Toscana; pero sobre todo es la capital del arte. Imprescindible conocer su majestuoso duomo o catedral de Santa Maria del Fiore, la mejor lección de historia del arte que se pudiera soñar. Si callejeáis entre sus vías repletas de belleza, inevitablemente os depararéis con los puentes que cruzan el río Arno y el singular Ponte Vecchio. Debéis cruzarlo, porque en la otra orilla se encuentra el Piazzale Michelangelo, desde donde tendréis la vista panorámica de la ciudad más espectacular.

Florencia es también la ciudad de los museos. Y de entre ellos, sobra decir por qué debéis ir a la Galería de los Uffizi, donde os espera el que venció al gigante…

Pisa es otra de las ciudades toscanas más icónicas. En ella encontraremos su famosa torre inclinada y su baptisterio. Si queréis divertiros con la típica foto sujetando la torre, entendemos que es demasiado goloso como para no caer en la tentación… pero, para diversión, la que tiene Pisa por la noche en las plazas del centro de la ciudad.

Si nos adentramos en el interior de la región, llegaremos a nuestro destino preferido: Siena. Quizá lo sea porque se trate de una ciudad mucho más pequeña que Florencia o Pisa, pero con la misma cantidad de belleza y esplendor. Una de las ciudades medievales más bonitas del mundo. Sí, es terreno abonado para el síndrome de Stendhal, pero podéis ir tranquilos, ya os dijimos que iréis vacunados. Es un lugar donde se compra el pan o se coge el autobús rodeado de un entorno de una belleza tal que hasta los sieneses la reflejan con su particular elegancia. No se puede visitar la Toscana sin tomar un café en la Piazza del Campo de Siena, visitar su Duomo y acercarse a Fontebranda «La fonte che parla».  El mejor regalo que os recomendamos traer de vuelta lo adquiriréis sin duda en la tienda del Consorcio Agricola di Siena, donde encontraréis la mejor muestra de los productos de la gastronomía toscana.

Ya lo dice el refrán: «Autunno chiaro e giocondo, anno fecondo.» O lo que es lo mismo, un otoño claro y alegre es preludio de un año fecundo. Ese otoño está en la Toscana y os está esperando.