La familia Bélier. Una película maravillosa para pensar, reír y que se te caiga alguna lagrimilla
La familia Bélier es una de esas películas con las que te hartas de reír, y un poquito de llorar. Una película que es tierna sin ser un pastel, y que habla de discapacidad y de normalización sin recurrir a los topicazos habituales. Es un rato maravilloso en el que el cine y la música fluyen y se entrelazan para hablar con una naturalidad que conmueve sobre una familia en la que todos sus miembros son personas sordomudas salvo la hija mayor Paula. Ella es la voz y los oídos de sus padres y su hermano, y tiene un verdadero don para cantar como los ángeles.
A través de esta obra más que creíble del cine francés, se trata la sordera en el seno de la familia y se muestran las dificultades que tienen que salvar las personas con discapacidad auditiva en todos los ámbitos de la vida; en el mercado laboral, en las relaciones interpersonales, o en cosas tan cotidianas como informarse de lo que sucede a nuestro alrededor.
La familia Bélier es un soplo de aire fresco que desde la sencillez y el humor va sembrando a lo largo de la película las semillas del optimismo. Optimismo que fructifica cuando las dificultades no lo son tanto si hay amor de por medio, cuando está la familia, y cuando la sociedad es lo suficientemente madura como para entender que todos somos diferentes pero iguales. En este sentido, la película nos permite reflexionar sobre la inclusión social en cuestiones como el trabajo, la participación activa en la vida pública o la posibilidad de fundar una familia que funcione estupendamente bien.
Y después de escribir tres párrafos sin hacer ningún spoiler de la peli, es la hora de hacer las palomitas y prepararse para una sesión de cine de esas que dejan a uno la sensación de que la vida está muy bien. ¡Que la disfrutéis!
